Salud emocional y enfermedad cardiovascular 

 
 

En los últimos años se ha demostrado que las emociones,junto con otros factores de riesgo, facilitan el padecimiento de enfermedades cardiovasculares (ECV). La ansiedad, la depresión o el estrés  aumentan la probabilidad de sufrir cardiopatías.  Las situaciones de nuestro día a día pueden generarnos sobrecargas externas.

La presión laboral, el exceso de trabajo, los problemas familiares o económicos repercuten en nuestro equilibrio mental y pueden incrementar sentimientos de agresividad, hostilidad o ira, que son  factores asociados a eventos cardíacos, en especial cuando no se dispone de estrategias para manejar adecuadamente estos estados.

El estrés es una de las emociones que más se asocian a la enfermedad cardiovascular. Se ha demostrado que los pacientes con cardiopatía coronaria tienen menores niveles de manejo de ira y regulación emocional, este manejo inadecuado puede causar daño al sistema cardiovascular a través de alteraciones fisiológicas, y por ello aumentar el riesgo de  eventos cardiacos. 

La depresión es otra de las enfermedades que repercute sustancialmente en las salud cardiaca, sentirse deprimido puede facilitar los malos hábitos, como comer demasiado o comer de forma poco saludable, dejar de hacer actividad física, aumentar el consumo de bebidas alcohólicas u otras sustancias estimulantes, dormir poco o en exceso además de disminuir la adherencia a los medicamentos, si se sigue un tratamiento específico para cualquier enfermedad. Existen numerosos estudios prospectivos en población sana que demuestran que la depresión puede favorecer la aparición de enfermedad cardiovascular. Según  la Sociedad Española de Cardiología el riesgo de padecer cardiopatía isquémica se aumentó en un 60%  para los pacientes diagnosticados con un trastorno depresivo.

Como lo comenta el Doctor Fernandez Alonso en el documento el Estrés en las enfermedades cardiovasculares reconocer que la salud mental causa  un efecto desencadenante de las enfermedades cardiovasculares ha sido producto de las investigaciones recientes donde los cardiólogos han detectado, después de grandes catástrofes, una correlación evidente. “ Tras los terremotos de Atenas (1981), Los Ángeles (1994) e Hyogo (1995), los registros de mortalidad mostraron un significativo aumento (entre dos y cinco veces) de muertes no traumáticas por causa cardiovascular. Tras el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York se detectó un incremento en el número de disparos de desfibriladores cardíacos automáticos implantables para restablecer la actividad cardíaca. El estrés mental ha demostrado ser el gatillo de diversas enfermedades cardiovasculares.”

 
 

En este video dejo algunas recomendaciones para gestionar el estrés y adoptar un estilo de vida saludable.

También puede realizar una cita médica, donde puedo evaluar su condición cardíaca y darle las recomendaciones de acuerdo a su estado de salud.

 
Dr. Roberto Arregui