¿Cómo funciona el estrés?
En los últimos años se ha demostrado que las emociones,junto con otros factores de riesgo, facilitan el padecimiento de enfermedades cardiovasculares (ECV). La ansiedad, la depresión o el estrés aumentan la probabilidad de sufrir cardiopatías. Las situaciones de nuestro día a día pueden generarnos sobrecargas externas.
El estrés puede inducir cambios significativos en el corazón. Cuando experimentamos una situación de estrés nuestro organismo genera una respuesta natural donde el corazón envía estímulos al cerebro para que empiece a generar hormonas. Estas cambio quimicos nos permiten reaccionar, estas manifestaciones las heredamos de manera evolutiva, son un fenómeno fisiológico conocido como lucha o huida que nos ha permitido sobrevivir a lo largo del tiempo. Los síntomas del estrés incluyen un ritmo cardiaco acelerado, manos sudorosas y respiración rápida poco profunda.
De forma natural el estrés puede ser bueno. Conforme la adrenalina y el cortisol inundan el cuerpo experimentamos ciertos beneficios que nos permiten actuar en un momento determinado como por ejemplo resolver una problema mientras conduce, entregar una trabajo en ultimo minuto, reaccionar en caso de un accidente, eso se le conoce como “estrés agudo” y la urgencia se desvanece una vez que se resuelve la situación.
Por otro lado, el estrés crónico ocurre cuando el cuerpo se queda en estado de lucha o huida de manera continua. El estrés crónico está relacionado con padecimientos de salud como problemas digestivos, un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas, por el aumento constante de la presión arterial y un debilitamiento del sistema inmunitario.
¿Qué hacer para mantener un equilibrio emocional?
Gestionar de una manera adecuada las emociones no es una tarea fácil, pero se pueden realizar actividades que harán que manejar la presión sea llevadero. Adoptar hábitos de vida saludables ayuda a que los eventos difíciles tengan menos repercusiones en nuestro corazón
Haga Ejercicio. Hacer deporte o tomar una caminata durante el día, alivia los síntomas de la ansiedad y regula los niveles de cortisol.
Tome tiempo para evaluar cada situación: Tener claro qué se puede controlar y qué no. Ayuda a enfocar la energía en las cosas que tienen solución y aceptar aquellas que no se pueden modificar.
Dormir lo suficiente. Dormir entre 7 y 8 horas al día es fundamental para enfrentar las situaciones de una manera más lúcida.
Tener una buena alimentación. Las situaciones estresantes pueden hacer que sea más proclive a ingerir alimentos hipercalóricos, con altos contenidos de azúcar. Es recomendable ante estas situaciones evitar que la comida se convierta en un mecanismo de compensación.
Acudir a un especialistas. Un chequeo cardiológico ayudará a prevenir que las situaciones cotidianas tengan repercusiones en nuestra salud cardiovascular.