Camina por un corazón sano
Caminar es una de las maneras más simples de mantenerse ejercitado y activo. El solo hecho de caminar habitualmente ha demostrado tener un impacto significativo en la salud cardiovascular reduciendo las posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas.
Una de las recomendaciones más importantes a la hora de caminar es hacerlo regularmente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece al menos 150 minutos de actividad de intensidad moderada o 75 minutos de actividad de intensidad vigorosa a la semana.
Cualquier actividad física, así sea de menor impacto, aumenta la frecuencia cardíaca, mejora la circulación de la sangre por todo el cuerpo, fortalece el corazón, brindando una mayor cantidad de nutrientes al organismo. Hacer ejercicio también aumenta la capacidad pulmonar de recibir oxígeno y disminuye la presión arterial.
Estos espacios cortos de ejercicio pueden contribuir a sentirse mejor, dormir de la manera adecuada. Incluso si ha sido sedentario durante muchos años, puede comenzar a incluir una caminata corta de 10 minutos a su rutina diaria.
Si no realiza ningún deporte es recomendable empezar de manera gradual. Si usted o algún familiar cercano tiene problemas cardiovasculares, realizar un chequeo cardiológico debe ser una prioridad. De esta forma su cardiólogo determinará cuánta actividad puede soportar su corazón de forma segura.
Es aconsejable que si no ha realizado un programa de ejercicios comience poco a poco. Inicie con un calentamiento y mantenga un ritmo constante, incluya metas realistas y aumente los minutos de la caminata diaria de una semana a otra. Recuerde que no necesita hacer grandes esfuerzos para mantener este hábito saludable. Con solo 75 minutos a las semana de una caminata rápida y vigorosa podrá ver mejoras en su salud cardíaca.